SANTIAGO.-La muestra de dolor era indescriptible. Toda una comunidad se volcó hacia el cementerio de El Ingenio, en el distrito municipal Santiago Oeste.
Se trataba de la despedida del niño Donaly Martínez, de 11 años, muerto el domingo en un confuso incidente, tras recibir un disparo por un agente policial en un confuso incidente, durante la celebración del Carnaval de esta ciudad.
Hoy, la multitud desafió el sol radiante. Las lágrimas brotaban de cada uno de los presentes que se colocaba en los zapatos de los que hoy sufren la pérdida de un ser querido.
El sepelio congestionó el tránsito por la avenida Circunvalación, en las inmediaciones del camposanto. La gente se lanzó a las calles como pocas veces en circunstancias parecidas.
«Mi hijo, te amo y siempre te amaré», decía una y otra vez su progenitor Anthony Martínez, ahogado por el dolor que le provocó la tragedia. Mientras que para la madre del menor, Maridalia Tejada, el impacto ha sido tan contundente que lloraba desconsoladamente al ver a su retoño en el ataúd.
La manifestación de impotencia y el repudio a la Policía Nacional marcaron todo el recorrido del carro fúnebre desde la residencia donde vivía el Donaly Martínez, en la calle 9, en el sector Cienfuegos.
Sed de justicia, un clamor colectivo
La familia, los dirigentes sindicales y comunitarios, entre ellos Juan Marte, presidente de la Central Nacional de Trabajadores del Transporte (CNTT) y Osvaldo Brito, vocero del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo), condenaron el hecho y solo piden que no quede impune.
Un pariente del menor fallecido que no fue identificado al hablar ante féretro clamó justicia y llamó a la prudencia de los policías y de los ciudadanos. Dijo que se debe mantener el respeto mutuo para que casos como este no sigan ocurriendo en el país.
«Mi hijo nunca ha portado arma de fuego, que no me vengan a decir que por eso fue que mataron a mi nieto», decía compungida la abuela del menor fallecido, Isaura Martínez. Sostuvo que quieren ver al agente que mató a su nieto frente a frente. No quieren que lo escondan ni trasladen, si no que pague en la justicia. También una tía del jovencito, Vanessa Martínez, confía que se haga justicia por la muerte de su sobrino.
Donaly Martínez fue un estudiante meritorio. Era bilingüe y soñaba con ser ingeniero. Con apenas 11 años ya pensaba en grande. La imprudencia de un agente policial le quebró sus sueños.