Mañana se celebra el 177 aniversario de la declaración de la independencia, fecha fundacional de la República Dominicana. Es una fecha apropiada para reafirmar la identidad de la dominicanidad y de los ideales democráticos que nacieron con la independencia.
Sin embargo, la débil sustentación social y política para sostener la República, no solo puso en dudas el proyecto nacional, sino que dio lugar al surgimiento de un régimen político que se ha tipificado como de la dominación personal encarnado en los caudillos y en los pequeños frentes oligárquicos que han dominado la historia social y política de la nación.
Ese paradigma de dominación tuvo su primer ejecutor en la persona de Santana, quien condicionó su apoyo a la causa independentista, “siempre y cuando él mandara” a partir de lo cual se fue tejiendo “la trágica historia del poder personal” y la dominación autoritaria que ha impedido la materialización en el país del régimen democrático, cuya existencia ha transcurrido mayormente en el mundo de los ideales y en la Constitución, realidad que hiciera que algún tribuno calificara la Constitución como “un pedazo de papel”.
Hoy a 177 años de la gesta separatista de Haití, esa dialéctica de la historia dominicana sigue aún vigente, en donde los demócratas “ilusos” se movilizan en contra de los sectores fácticos que comulgan con el autoritarismo criollo y que mantienen vigentes las prácticas políticas tradicionales que se inscriben en el paradigma del “caudillismo” causa eficiente de la corrupción y la impunidad, perversiones de la política que obstaculizan el avance democrático de la nación.
En ese marco de entendimiento, el gobierno actual que pregona su apego a la institucionalidad democrática, la separación y alternabilidad de los poderes, tiene la oportunidad para que el movimiento por la democracia y el progreso de la nación con desarrollo sustentable, se fortalezca desde el poder político, para consolidar la democracia dominicana, frustrada por la fuerza de la tradición caudillista y oligárquica.
La rendición de cuentas que presentará mañana ante la Asamblea Nacional, con motivo del día de la independencia, es buena ocasión para que el Presidente Abinader no solo haga el ejercicio de sintetizar las acciones y logros de su corta gestión de 6 meses, sino que reviva el propósito de los héroes de la gesta independentista, de cara a conducir a la nación hacia los ideales patrios y democráticos que los patricios Duarte, Sánchez y Mella le insuflaron a la naciente República Dominicana desde un día como el 27 de febrero del 1844.
¡Qué viva la República Dominicana!