Recientemente se cumplieron veinte años del fallecimiento de Pete «El Conde» Rodríguez, el cantante del género caribeño de la salsa, es siempre recordado como un declamador en contra del racismo y sus reclamos a favor de las minorías étnicas en Estados Unidos.
Junto a los fallecidos cantantes Héctor Lavoe y Cheo Feliciano, Pete «El Conde» conformó la trilogía de interprete de mayor relevancia nacidos en Ponce (sur) y que arribaron a la ciudad de Nueva York para incorporarse al grupo de latinos que integraron el nuevo sabor musical del Caribe: la salsa.
La influencia artística de Rodríguez la recibió de su padre, quien tuvo un grupo musical en Ponce llamado El Gondolero.
Tras la muerte de su progenitor, Pedro Juan Rodríguez Ferrer -nombre de pila de Pete «El Conde»- se marchó a la ciudad de Nueva York, donde labró su camino en la música.
DEL DEBUT A UNA CARRERA EN EL EJÉRCITO
Su primera incursión musical fue como percusionista en la Orquesta Oriental Cubana de Nueva York, según recuenta el comunicador puertorriqueño Hiram Guadalupe en su libro biográfico «Historia de la salsa».
En esta agrupación tuvo la gratificación de acompañar al legendario cantante cubano Benny Moré.
No obstante, entrando en la década de 1950 fue reclutado por el Ejército de EE.UU. e ingresó a la unidad de paracaidistas, aunque nunca participó en conflictos bélicos.
Al culminar su participación en el cuerpo militar en 1957, regresó a la música, ingresando a la Orquesta Las Jóvenes Estrellas de Cuba. De ahí, pasó a fundar la Orquesta Típica Novel, en 1958.
JOHNNY PACHECO Y LA FÓRMULA GANADORA
A finales de los años 50 también integró la Orquesta Broadway, de la que se marchó para trabajar junto al legendario músico dominicano Johnny Pacheco, líder de las Estrellas de la Fania.
Al lado de Pacheco formó un binomio musical que el público reconoció como fórmula ganadora, y junto a él, grabó para el recién creado sello disquero, Fania, «Mi nuevo tumbao… cañonazo».
Sin embargo, Rodríguez se separó de la agrupación de Pacheco, a lo que el cantante se integró entonces al Conjunto Sensación de Rey Roy, grabando un par de discos.
RODRÍGUEZ, DEFENSOR DE LAS CAUSAS SOCIALES
Inmerso en las luchas sociales y políticas que emergieron en EE.UU. a finales de la década del 60, Rodríguez, como seña de protesta y solidaridad, optó por dejarse la barba, sumándose a los reclamos reivindicativos de los negros y las minorías étnicas que vivían en ese país.
Así va construyendo su nueva imagen, que da paso a su apodo, bautizado así por su barbero.
Varios años de su separación de la orquesta de Pacheco, específicamente en 1966, el cantante boricua regresó a cantar con su compadre, con quien grabó temas como «Convergencia», «Soy hijo del Siboney», «Azuquita mami» y «La esencia del guaguancó».
Sin embargo, en 1974, Rodríguez decide abandonar la orquesta de Pacheco para lanzarse como solista y lanzar un disco homónimo que incluyó temas como «Uno toque pa’ Yambó», «Soy guajiro de verdad» y «El Conde Negro».
LA HISTORIA DE «CATALINA LA O»
Dos años más tarde publicó su segundo álbum en solitario, «Este negro sí es sabroso», en el que grabó unas de sus canciones más famosas, «Catalina la O», escrita por el puertorriqueño Johnny Ortiz, «La abolición», «Pueblo latino» y «Guaguancó de amor».
«‘Catalina la O’ fue un palo (un éxito)», afirmó a Efe el autor de esta pieza, quien explicó que la historia de este tema surgió durante unas fiestas patronales en Isabela, municipio en la costa noroeste de Puerto Rico.
Allí, además de los actos musicales que habitualmente se ofrecen en estos eventos, también hay verbenas, y en aquella ocasión, acudieron residentes mestizas de la zona montañosa luciendo turbantes, interpretando canciones y mostrando su «sandungueo» (bailando con estilo).
«Eso se me quedó en la mente», e inspirado en los poemas negroides del puertorriqueño Luis Palés Matos, impulsó a Ortiz a escribir el tema y describir a la tal «Catalina».
Pete «El Conde» grabó más de 40 discos, incluidos «Un toque de clase», «Soy de ley», «Generaciones» y «Pete ‘El Conde’ Rodríguez: Live at Teatro La Perla», su última producción.
El artista puertorriqueño falleció el 2 de diciembre de 2000, en su residencia de Nueva York, de un infarto cardiaco.