Haití está en estado de emergencia, debido al desorden institucional y al desborde de la crisis socioeconómica expresada en violencia, criminalidad, pobreza e inflación; las bandas se ha adueñado del país más empobrecido del hemisferio.
Frente a esa dramática realidad, el Consejo de Ministros de Haití decidió otorgarles poderes al primer ministro, Ariel Henry, para pedir a sus aliados internacionales que acudan con urgencia en ayuda de ese nación para restablecer el orden y garantizar la convivencia pacífica.
¿Cuándo la comunidad internacional escuchará el clamor para coadyuvar a los haitianos, en busca de superar la grave crisis en que están sumergidos? Ojalá que sea rápido, porque los problemas se tornan insoportables y subsistir es un milagro diario.
Un vecindario en el área de Petionville de Port-au-Prince, Haití, yace en ruinas mientras la gente busca lo que quedó después del terremoto. Desde el terremoto del 12 de enero de 2010, Food For The Poor ha construido 10.810 viviendas de bloques de hormigón con agua y saneamiento. La organización benéfica también ha construido o restaurado 64 escuelas. Gracias a los donantes amorosos y generosos de la organización benéfica, Food For The Poor ha instalado 168 unidades de filtración de agua. Cada unidad purifica y clora hasta 10,000 galones de agua por día, para un total de 1,680,000 galones de agua limpia por día. Food For The Poor también ha perforado 923 pozos de agua. Desde el terremoto de magnitud 7.0, Food For The Poor ha enviado 11,892 camiones con remolque cargados de ayuda esencial. (Foto/Alimento para los pobres)