Por Marino Báez
La contaminación no solo tiene sus efectos a través de la basura, la publicidad visual, la contaminación motora o el estridente sonido que desprenden las bocinas cuándo suben sus decibeles.
Existe una contaminación continua que cada segundo produce efectos contaminantes en nuestro cuerpo humano, afectando la circulación de la sangre, incluso, sus venas motoras y no nos damos cuenta, o quizás si, lo sabemos, pero somos tan adictivos a la tecnología, sobre todo, al teléfono, que hasta nos olvidamos de la familia, de los “amigos”, en fin, estamos exentos de todo lo que tiene valor para aumentar el EGO sapiencial.
Y no es que en definitiva los equipos tecnológicos, incluso las Redes Sociales, sean del todo malas, NO, más bien es la entrega 24/7 hacia ellos y el mal uso que les damos.
Tomando en cuenta los efectos causados por estas herramientas electrónicas decidí PASAR UN DÍA SIN TELÉFONO, ustedes, en verdad, no saben lo feliz que me pasé este primer día, domingo 11 de febrero, desde las doce de la media noche, hasta las ocho de la noche no recibí llamadas, bloqueé mi celular y lo dejé en mi habitación, ahi mismo, en cuarentena.
Este domingo más bien lo dediqué a compartir con mi familia, a leer parte de un libro, además de continuar escribiendo algunos capítulos de mi Novela ENEDINA que próximamente estará en el mercado literario.
Este lunes me desperté más relax, menos nervioso, menos preocupaciones, más tranquilo y; sobre todo, con más conocimientos que los días anteriores, eso no quiere decir que no leas, la lectura es mi principal adiccion.
Por favor, los domingos no me escriban por las redes sociales, no me llamen, no me escriban mensajes de textos, cada domingo mi celular estará en cuarentena para desintoxicarme mental y tecnológicamente.
Por Marino Bez
Periodista