El día que le toque hacer una mirada retrospectiva de su vida pública, sin lugar a duda que el ingeniero Miguel Vargas Maldonado tendrá el honor de proclamar que durante su gestión como Canciller, la República Dominicana alcanzó dos hitos de su historia que parecían inalcanzables: el ingreso al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular China.
El Ministerio de Relaciones Exteriores constituye la cara visible del país; una buena gestión eleva la dignidad del pueblo dominicano y amplía las fronteras nacionales en un mundo globalizado y competitivo.
Indudablemente que Vargas Maldonado está realizando un trabajo excelente en beneficio del país, favorecido, en gran parte, por la confianza que le ha depositado el presidente Danilo Medina y la amistad que había cosechado con figuras relevantes de los principales partidos vinculados a la Internacional Socialista.
A través de su participación en foros internacionales, ha elevado la voz de la nación para la efectiva defensa de nuestros intereses, consciente de que República Dominicana es un país pequeño y pobre, que siempre aboga y lucha por la defensa del respeto a los derechos inalienables de los pueblos soberanos e independientes.
En las Naciones Unidas, incluyendo el Consejo de Seguridad, este eficiente funcionario ha explicado con claridad cuáles son los lineamientos de nuestro país, en problemas tan candentes como la situación de Venezuela, los precios internacionales del petróleo, la crisis de los refugiados, y más recientemente, la pandemia del corona-virus.
Vargas Maldonado aunque es presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) , cuando se pone sobre sus hombros la responsabilidad del Canciller, es un representante de todos los dominicanos, sin importar banderías políticas, ni creencias religiosas.
Sin duda, que su labor puede considerarse de magnífica.
