Este martes pasado llegó a su fin el estado de emergencia decretado por el Poder Ejecutivo con motivo de la pandemia del coronavirus y que tenía como intención inmovilizar a la población para disminuir o eliminar el contagio de tan letal enfermedad que está atacando al país y al mundo.
No obstante, el Ministerio de Salud dispuso una resolución mediante la cual declara el “estado de epidemia nacional”, estableciendo ciertas restricciones que limitan la realización de varias actividades económicas y sociales que estimulan la aglomeración de personas.
Asimismo, siguen vigentes las disposiciones que exigen el uso de las mascarillas, la distancia física y el lavado de manos como recomendaciones que todos los ciudadanos deben cumplir, así como otras disposiciones para la protección contra el contagio del coronavirus.
Aunque el proceso de apertura y normalización de la vida social se amplía hasta llegar a la máxima cobertura, la población dominicana y las propias autoridades deben cumplir y hacer cumplir el protocolo sanitario establecido, a modo de reducir hasta el máximo control del virus que hasta esta fecha ha contagiado a más de 32 mil personas según el registro oficial, y ha provocado la muerte a más de 750 personas.
Esas cifras de afectación a la población, de acuerdo a la evolución de la enfermedad, siguen en aumento a medida que se hacen más pruebas, amenazando la capacidad de los servicios hospitalarios, los cuales podrían colapsar, con lo que se agravaría la situación sanitaria del país.
Por esas razones se hace cada vez más necesario que las autoridades hagan cumplir las disposiciones del protocolo anti covid-19, ahora en el estado de epidemia nacional, tanto para las actividades económicas y sociales, así como en esta recta final del proceso político electoral, el cual habrá de culminar en paz y tranquilidad el próximo domingo 5 de julio.
Las autoridades de salud y del orden público deberán emplearse a fondo y descontaminarse de la política, para que la población cumpla con seriedad y respeto con el protocolo sanitario, hasta que la pandemia este bajo control. Hay que evitar por todos los medios la aglomeración de personas y las conductas desordenadas violatorias del protocolo sanitario.
¡Hagamos cumplir las normas antes y después de las elecciones!
Alimento a la suspicacia
La ciudadanía dominicana y las autoridades internacionales en su mayoría verían bien el combate efectivo contra el crimen organizado que promueve el narcotráfico. Por eso el caso reciente de La Vega donde las autoridades desmantelaron una red de narco y lavado, debe verse como una acción positiva que fortalece la institucionalidad que persigue la delincuencia y la criminalidad.
Empero, conectar ese hecho exclusivamente con un candidato, es una elemental razón para sospechar que el móvil de la “ejemplar acción” de la justicia, es crear un efecto que dañe la imagen de ese candidato de cara a las votaciones del domingo.
Algo similar se puede pensar respecto al “robo” o “sabotaje”, como lo definiera el Presidente de la Junta Electoral Municipal, hecho extraño que ocurriera en la sede de la Junta de Santiago, solo días antes de la jornada electoral del domingo. El hecho es igualmente sospechoso.
Pese a todo, ¡qué las elecciones sean pacíficas, ordenadas y sin contagio!