El mundo no parece preparado para padecer una crisis institucional y política en Estados Unidos derivada de los comicios del martes, que el presidente Donald Trump denunció como fraudulentos y advirtió que no permitiría que se despoje del triunfo que afirma alcanzó su candidatura, a pesar de que el candidato Joe Biden aventaja hoy en el sufragio popular y en votos al Colegio Electoral.
La campaña del Partido Republicano anunció anoche que impugnaría los resultados electorales en el estado de Wisconsin y reclamaría en justicia la detención del conteo de votos en los estados de Pensilvania y Michigan, decisivos para que Biden alcance los 270 votos mínimos requeridos para ganar su pase a la Casa Blanca.
Trump acusó al Partido Demócrata de perpetrar un fraude electoral que definió como “un fraude al pueblo estadounidense” y “una vergüenza a nuestro país”, además de adelantar que acudirá ante el Tribunal Supremo para garantizar la integridad de los comicios.
El candidato Biden evitó proclamarse ganador, pero dijo que las proyecciones en el conteo de sufragios aseguran su proclamación como presidente de Estados Unidos, ante lo cual prometió que gobernaría para todos los estadounidenses.
A juzgar por el agresivo discurso de Trump, son altas las posibilidades de una crisis post electoral expresada en presentación de reclamos ante la Corte Suprema y los órganos estatales a cargo de los procesos electorales, lo que podría degenerar en un conflicto institucional y político.
Líderes de todo el mundo expresan preocupación por la situación post electoral en Estados Unidos, coincidente con el rebrote del coronavirus en Europa y la crisis económica que abate a casi todas las naciones, lo que sería difícil de rebasar en el corto plazo si en Washington se desata una crisis política.
Joe Biden superó los 70 millones de votos para convertirse en el candidato con mayor cantidad de sufragios en la historia electoral de Estados Unidos, además de acumular 254 votos al Colegio Electoral, en tanto que Trump sobrepasa los 67 millones de sufragios, con 214 votos electorales, pero aún faltan por escrutar estados cuyos resultados finales serían determinantes para que uno u otro se proclame ganador.
La democracia de Estados Unidos ha consolidado suficiente fuerza institucional y jurídica y su población de sobrada entereza cívica, como para superar momentos tan difíciles como los que ahora agobian a esa sociedad que al día de hoy su liderazgo pugna por reconocer o rechazar la voluntad de los electores expresada en las urnas.
