La administración de Trump rescindió el martes una orden de inmigración que amenazaba a al menos un millón de estudiantes extranjeros en Estados Unidos y a más de 10,000 en el sur de la Florida con retirar sus visas estudiantiles si solo tomaban clases en formato virtual durante la pandemia del coronavirus.
Estos estudiantes debían cambiarse a otra sede de estudios con clases presenciales o híbridas para mantener su estatus legal en Estados Unidos o podrían incluso enfrentar un proceso de deportación si no salían del país antes.
La directiva de la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE), anunciada el 6 de julio, provocó un debate nacional sobre el valor de los estudiantes internacionales para el sistema de educación superior estadounidense. Al menos 170 colegios y universidades, incluida la Universidad de Miami, agregaron sus nombres a una demanda presentada en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Massachusetts.
La noticia de que la directiva se cancelaría se produjo al mismo tiempo que una audiencia en la corte sobre el desafío a la nueva política comenzaba.
Los estudiantes internacionales, que muchas veces pagan el costo total de la matrícula universitaria, aportaron $41,000 millones a la economía estadounidense y $1,600 millones a la de Florida en 2018, según el Departamento de Comercio de Estados Unidos. Los estudiantes extranjeros también ocuparon 458,290 empleos a la economía durante el curso académico 2018-2019, con aproximadamente 16,500 de esos empleos en la Florida, según la información.