El hábitat y las experiencias vitales son las fuentes primarias que elevan el poeta al reservado nivel de la inspiración que ineludiblemente da paso a la producción, a la creación, que es la culminación de toda labor lírica.
En esta noble y muy guardada labor de esos titanes de la creación; los matices del espacio vital juegan un factor de carácter preponderante, el ambiente siempre marcará sus huellas indelebles en los tonos de la inspiración poética.
Es de ahí, que, de alguna forma; el lar natal, una condición específica del ambiente, una determinada atmósfera, siempre serán materia prima para el verso.
Y precisamente, Fuegos Natales, la obra que en esta noche el notable poeta nouelense, Héctor Bueno (Fallecido), pone en manos de sus lectores; constituye una verdadera exaltación de lo tropical y lo autóctono en un canto universal.
El eximio poeta y humanista Héctor Bueno, nació en La Vega en el 1942. Su nombre completo era Héctor Buenaventura Bueno Morillo. Obtuvo el grado de licenciado en la Escuela de Psicología de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. El trabajo literario de Héctor Bueno ha sido premiado por importantes instituciones como el Movimiento Cultural Universitario (MCV). Fue miembro fundador de la Unión de Escritores de Monseñor Nouel (UEMON). La crítica converge en designar a Héctor Bueno como el poeta nouelense de discurso más adulto y técnico.
Esta sublime obra de arte representa un emotivo inventario de las características tropicales de nuestra tierra, si se quiere una hermosa fotografía pintada con palabras de nuestras gentes y de nuestras cosas que nos proyectan al mundo entero como una tierra sobre la cual los fulgurantes rayos solares caen directamente ennegreciendo la piel del hombre que afronta la jornada, la piel de la doncella que parece acariciar la tierra con sus pisadas; donde los días constituyen una constante alternación entre la lluvia y el inclemente sol; donde el espacio celeste tanto sirve de escenario al Astro Rey como a los nubarrones blanquecinos y grises.
PUBLICACIONES DEL POETA HÉCTOR BUENO (Fallecido)
Las pisadas y la sangre, (1968); El aborto, (1969-70) Fuegos natales, (1987 / 2da. Edición en mayo del 2012) y Elegías por la muerte de José Francisco Peña Gómez, (1998), Bonao en el Carnaval Dominicano, estudio de los intelectuales de Bonao, Don Egidio Arsenio Velásquez Sosa, (2003) y el poema Fiesta de amor en tu pelo.

En Fuegos Natales hay espacio para la exaltación de nuestros ríos con su caudal de esperanza y el sonoro deslizamiento de sus aguas, para las aves canoras y abigarradas que pintan el ambiente distrayendo el oído y agradando a la vista; las montañas que elevan su promontorio que intenta sin alcanzar jamás, la majestuosidad del cielo; en fin, en este texto confluyen todas las características materiales y espirituales, que dicen de nuestra condición de isla tropical. La naturaleza hirsuta y tropical es en sí misma la esencial protagonista del canto del Aeda nouelense.
Pero también los versos de Héctor Bueno se erigen como crónica detallada y sublime de todo nuestro devenir como pueblo; memoria histórica canalizada a través de los recursos del lenguaje poético y su misión estética. De ahí, la identificación inmediata del lector con ese texto que nos coloca cual espejo frente a nuestra auténtica identidad.
Potada de la genial obra poemática Fuego Natales de Héctor Bueno







