El languideciente y moribundo río Yaque del Norte, espera de las nuevas autoridades de Medio Ambiente y Recursos Naturales, adopten acciones más concretas, para hacer frente a su progresiva desaparición.
Son incontable los anuncios que en varios Gobierno, se han hecho, con los fines de recuperar esta fuente acuífera, que suple de agua potable a miles de habitantes y la irrigación de cientos de miles de tareas dedicada a la producción agrícola.
Sin embargo, los esfuerzos parecen, no dar los resultados esperados, porque en la medida en que avanza el tiempo, es cada vez menos, la corriente de agua de importante cauce.
La extinción del que fuera imponente fuente acuífera se inició desde hace varias décadas, con la descargas de grandes cantidades de contaminantes, provenientes de industrias, empresas y aguas residuales, lanzada por los ocupantes de sus riberas.
A esta situación se suma, la transformación de la cuenca alta del río, de al conuquismo y el pasto para ganado, lo que parece darle la estocada mortal, para que este, no pueda recuperarse.
Una de las últimas iniciativas fue la realizada en julio del 2018 donde el presidente Danilo Medina aprobó la propuesta de la Comisión Presidencial para el Ordenamiento y Manejo de la Cuenca del Río Yaque del Norte (CRYN), con una inversión de RD$664.5 millones.
Al dar la información el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, explicó que el monto sería cubierto con aportes de varias instituciones, incluyendo la Presidencia de la República, y precisó que en lo adelante la comisión seguirá evaluando los proyectos que se implementarán en el mediano y largo plazo.
Dijo que con estas acciones, se procura mejorar la calidad del agua de la cuenca del Yaque del Norte, preservar los recursos naturales en su área de incidencia, y mejorar las condiciones de vida de quienes habitan en sus alrededores.
El funcionario expresó que en una primera etapa se contempla aumentar y proteger los almacenamientos de agua; controlar y disminuir la contaminación de las aguas, así como incrementar la eficiencia en el uso del líquido, tanto potable como de irrigación.
Lo cierto es que a dos años de dicho anuncio, en cuanto a recuperación del cauce nada ha mejorado, sino que por el contrario la situación ha empeorado.