Ramón E. Durán
Un grupo de altos dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano encabezados por Víctor Gómez Casanova, Julio Mariñez, y otros, han solicitado a su presidente Miguel Vargas Maldonado que renuncie inmediatamente porque consideran que en los últimos 15 años esa agrupación no ha podido despegar ningún proyecto político.
Afirman los dirigentes que no pueden esperar al 2024, cuando se cumple el periodo de las actuales autoridades, porque seguirán montados en un´´ muerto´´ para los comicios electorales. ´´El Partido no puede seguir con las mismas actitudes que durante más de 10 años que nos han llevado a humillantes y vergonzosas derrotas durante los últimos procesos electorales del 2008 a la fecha´´, precisaron los dirigentes.
Miguel Vargas no es el único culpable de la situación por la que atraviesa el partido, ya que Hipólito Mejía es el verdadero responsable de la crisis de la organización política fundada por el profesor Juan Bosch y otros exiliados en el año 1939 en Marianao, Cuba. Si en las elecciones primarias de marzo del 2011, Hipólito no se interpone cerrándole el paso a Miguel es seguro que el Partido Revolucionario Dominicano con Miguel Vargas como candidato llega a Presidencia de la República, ya que éste no iba a cometer los mismos errores de Hipólito que echaron a perder las elecciones, además de que por cuestiones de estrategia al Presidente de entonces, Leonel Fernández, no le convenía que Danilo Medina resultara triunfador en ese proceso comicial y el tiempo le dio la razón.
Hubo un momento, al comienzo de la campaña electoral, que Hipólito consideraba que no necesitaba del apoyo de Miguel y su equipo, comportándose de manera arrogante y prepotente porque se creía muy seguro del triunfo. La borrachera de Hipólito era de tal magnitud que se le olvidó que en política hay que sumar no restar y ese fue el gran error que hoy están pagando los que se quedaron en el PRD.
Luego de la derrota de mayo del 2012, principalmente por la pasividad que adoptó Miguel Vargas, comenzó la debacle de la organización política y tristemente la historia todos la conocemos que provocó la división, por lo que a Miguel no le quedó otra alternativa que convertir al PRD en un partido bisagra, para poder mantener vigencia, pues sus dirigentes más notorios se fueron a formar filas del nuevo Partido Revolucionario Moderno.
Quizás por sus compromisos con el expresidente Danilo Medina, Miguel Vargas cometió el error de volver como aliado del PLD, en las recién pasadas elecciones del 5 de julio, ya que debió acercarse a sus antiguos compañeros del PRM, negociando alianzas donde el partido podría salir más fortalecido, y no lo hizo por estar aferrado a la cancillería donde parece le fue muy bien, más los cargos que ocuparon algunos de sus dirigentes en el gobierno.
El Partido Revolucionario Dominicano era el merecedor de estar hoy en el poder por tratarse de la organización política de más tradición en el país, el que más luchó por las libertades de este pueblo y el que enseñó a los dominicanos la práctica de la democracia. Es casi seguro que en un futuro no lejano se forme un movimiento orquestado en propiciar la unidad partidaria bajo la sombra de Hipólito Mejía y Guido Gómez para despojar a Miguel del del control del partido. Ahora soplan otros vientos en las altas cortes donde en el pasado a Miguel siempre le dieron la opción de la duda, que hoy no cuenta con nadie en la cúpula del gobierno que lo defienda en una litis en los tribunales de la República. Para el PRM, resultaría de gran beneficio tener un aliado como un Partido Revolucionario Dominicano fortalecido sin la presencia de Miguel.
En la presente coyuntura lo que más conviene a esa organización es que su presidente renuncie ya que creemos que por muchos años su aliado el Partido de la Liberación Dominicana no regresará al poder y Para colmo, en las pasadas elecciones presidenciales y congresuales el PRD solo obtuvo un 2.40 por ciento de los votos emitidos en las urnas, lo suficiente para convertirse en un partido minoritario. Si Miguel no renuncia se quedará solo con la sigla y los símbolos del partido.