Europa enfrenta un rebrote de la covid-19 que obliga a España, Francia, Alemania, Inglaterra, Austria, República Checa, Irlanda, Portugal y Polonia a endurecer medidas de restricciones o confinamiento, en tanto que en Estados Unidos la Casa Blanca admite que no podría controlar la pandemia.
Es momento aquí de poner barbas en remojo.
El proceso de recuperación de la economía europea ha quedado severamente estropeado por el inusitado incremento de los contagios, que en una semana ascendió a 700 mil, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que si no hay control de la pandemia, la mortalidad sería hasta cinco veces mayor para enero de 2021.
Los gobiernos de esas naciones han retomado el camino del confinamiento o toque de queda en horarios que fluctúan entre las 9:00 de la noche y las 6:00 de la mañana, así como cierre de bares, piscinas, gimnasios, museos y otros lugares, además de limitar las reuniones a un número entre seis a doce personas.
El presidente del Gobierno español solicitó al Parlamento autorizar la declaratoria de emergencia hasta mayo del año entrante, además de decretar confinamiento desde la noche hasta el amanecer en todas las comunidades autonómicas, medida que se aplica parcialmente en casi todo el continente.
Mark Meadows, titular del Gabinete de la Casa Blanca, declaró, al conocerse del contagio de siete funcionarios del entorno del vicepresidente Mike Pence, que solo se puede tratar de agilizar una vacuna y otros medios para aliviar la enfermedad, al admitir que el Gobierno estadounidense no puede controlar la pandemia.
Las cifras de más de un millón 150 mil muertos y más de 43 millones de contagios a nivel mundial indican que la covid-19 está lejos de ser contenida, aun en países con sistemas de salud robustos y eficientes, por lo que República Dominicana, que lleva 2,223 muertes y más de 124 mil contagiados, debería reflejarse en ese preocupante espejo.
Las alentadoras proyecciones que ha hecho el Banco Central sobre el desempeño de la economía para 2021, según las cuales se registraría un crecimiento del 6%, no podría concretizarse sin aplicar hasta donde sea posible un rígido programa de control pandémico.
La población no puede ni debe albergar la falsa percepción de que la covid-19 no representa peligro para la salud y la economía, por lo que resulta absolutamente imperativo cumplir con el protocolo de mascarilla obligatoria, lavado frecuente de las manos y observar el distanciamiento social. Es asunto de vida o muerte.