Florida registró un récord de más de 10.000 casos de COVID-19 en 24 horas, en medio de un repunte de los contagios que ha obligado a tomar medidas adicionales para evitar un colapso hospitalario, sobre todo en el sur del estado.
Con los 10.019 casos nuevos contabilizados por el Departamento de Salud de Florida la cuenta de personas contagiadas desde el 1 de marzo en este estado se eleva a 169.106.
En las últimas 24 horas han muerto 67 personas por COVID-19.
La publicación del boletín diario del Departamento de Salud estatal coincidió prácticamente con la llegada a Tampa, en la costa oeste de Florida, del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, quien realiza una gira por estados que son ahora focos candentes de la enfermedad y que no lo fueron al inicio de la pandemia.
El índice de positivos en las 68.821 pruebas cuyos resultados se conocieron el miércoles es de 14,59 %.
El anterior récord de casos diarios en Florida se estableció el pasado sábado y era de 9.585.
Pence se reunirá con el gobernador, Ron DeSantis, republicano y alineado a las políticas del presidente Donald Trump, para revisar la situación de la COVID-19 en Florida y cómo se está manejando.
El Partido Demócrata de Florida se adelantó a la llegada de Pence para criticar la ‘reapertura económica apresurada’ que ha desembocado en que la mitad de los casos de Florida se hayan producido en las últimas dos semanas, según dijeron algunos de sus dirigentes en una rueda de prensa.
La presidenta del partido, Terrie Rizzo; la congresista Donna Shalala y el senador estatal, José Javier Rodríguez, participaron en una videoconferencia con los medios de comunicación en la que reiteraron que ‘ha habido una falta de liderazgo’ tanto en el panorama nacional como en el de Florida.