Aquí vuelve a surgir el tema del negocio de la salud. Dado que se trata de una epidemia mundial que ha afectado a más de 18 millones de personas en el planeta, sería un crimen de lesa humanidad fijar un precio al que sólo las personas ricas tengan acceso.
De ahí que tanto la ONU como la OMS deben referirse al tema ahora, antes de que un crimen de esa naturaleza se ejecute. Lo justo sería que una vacuna tan importante se ofrezca gratis a todas las personas, y que los costos los cubran los gobiernos, mientras los laboratorios deben comprometerse a fijar un precio justo, sin especulación.
Se trata de la salud de la humanidad, donde no debe haber privilegios motivado por situación económica de las personas o la nación a que pertenezca. La fórmula de esta vacuna tampoco debe tener el derecho exclusivo de sus creadores, pues eso también sería un crimen.