Según el Ministerio Público, los miembros de la supuesta red de estafadores desmantelada en la Operación Discovery, se hicieron con más de 100 millones de dólares a través de la estafa internacional, la extorsión, la usurpación de funciones, el porte ilegal de armas de fuego, la asociación de malhechores y el lavado de activos.
El expediente indica que en el «Caso específico de esta investigación, la parte agraviada son ciudadanos de los Estados Unidos», quienes solicitaron la ayuda de la embajada de ese país en la República Dominicana para que se pudieran identificar a los responsables de la estafa millonaria.
Según la acusación del Ministerio Público, los señalados como responsables de la estafa, tras lograr su cometido transferían los capitales ilícitos obtenidos y blanqueaban los mismos. Además, incida que los imputados se hacían pasar por agentes del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) «Para compelir a los estafados a enviar dinero, utilizando como medio para el movimiento de estos capitales, las criptomonedas como el bitcoin, las transferencias espejos, depósitos a través de remesadoras como Caribe Express, Wenster Union, entre otras, (los cuales se realizan a favor de beneficiarios, terceras personas).
