Diosdado Cabello Rondón, ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, ha proferido una explícita amenaza contra el gobierno de República Dominicana, al que promete que “lo agarrará en la bajadita”, tras advertir que “los que tenemos petróleo somos nosotros”.
El muy influyente funcionario del régimen de Nicolás Maduro ha reaccionado de manera iracunda ante la decisión del orden judicial dominicano de acoger la solicitud de Estados Unidos de incautar un avión usado por el mandatario venezolano que habría sido adquirido ilegalmente.
No debería causar sorpresa que ese teniente retirado con fama de abusador y represivo, profiera amenaza contra un gobierno democrático que, en el caso de esa aeronave, cumplió con acuerdos internacionales sobre cooperación entre Estados en materia de lucha contra terrorismo, tráfico de drogas y lavado de dinero.
Acostumbrado a la extorsión y al chantaje, Diodado Cabello, recurre al petróleo Venezolano para amenazar a la Patria de Duarte con futura represalia en su infeliz expresión de que “al gobierno de dominicana yo te agarro en la bajadita”, como si con esa bravuconada pudiera amedrentar al gentilicio nacional.
Por individuos como ese ministro, verdugo del pueblo venezolano, usurpador de los ideales libertarios de Simón Bolívar, es que esa gran nación padece hoy su peor pesadilla desde la tiranía de Marcos Pérez Jiménez, y por la cual gobiernos progresistas de América Latina expresan rechazo a ese modelo político represivo.
En vez de proferir amenaza contra República Dominicana, ese gendarme debería revisar su propio historial matizado por 17 acusaciones de corrupción, lavado de dinero y nepotismo con fondos provenientes de Petróleo de Venezuela (Pedevesa), además de una orden de captura emitida por la Administración de Control de Drogas (DEA).
No se niega el derecho del régimen de Venezuela a censurar el proceder del gobierno dominicano en lo relacionado con el proceso de incautación del referido avión, pero resulta absolutamente inaceptable la repugnante intimidación proferida en un programa radial por el ministro Diosdado Cabello.
El despropósito de ese funcionario no afectará en lo más mínimo las históricas relaciones de hermandad y de mutua gratitud entre los pueblos venezolanos y dominicano, más aun cuando gente como ese señor, amparados en una falsa revolución socialista, desgobiernan a Venezuela.
