Ante el hecho cierto de que la humanidad tendrá que convivir con el COVID-19 durante mucho tiempo, el secretario general de Naciones Unidas ha reclamado “una vacuna del pueblo” contra esa enfermedad que esté disponible para todos los habitantes del planeta.
El clamor de Antonio Guterres se adelanta a la carrera desatada entre las principales potencias del mundo por desarrollar un medicamento contra el coronavirus, que en principio solo estaría disponible en esos países o sería de difícil acceso para naciones en desarrollo.
Aunque China, Francia, Rusia, Corea del Sur, Reino Unido y otros gobiernos han prometido que una posible vacuna contra el coronavirus sería destinada al uso público sin restricciones, prevalece el temor de que un producto de esa naturaleza tenga en principio privilegio en uso, venta y circulación.
La Casa Blanca seleccionó cinco compañías como candidatas a producir la vacuna del coronavirus, un paso decisivo en el esfuerzo del presidente Donald Trump por cumplir su promesa de poder iniciar la inoculación generalizada de estadounidenses a finales de este año.
El mandatario estadounidense no ha mencionado de manera explícita si esa posible vacuna, que en primer término sería aplicada a ciudadanos de ese país, podría ser colocada en lo inmediato de manera asequible en otras naciones.
Casi simultáneamente con el anuncio en Estados Unidos sobre la escogencia de firmas farmacéuticas para trabajar en un fármaco contra el COVID-19, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que su gobierno aportara 500 millones de dólares para similares esfuerzos que se realizan en el ámbito de la Unión Europea.
Macron ha dicho que la salud es un bien público mundial, por lo que la vacuna, para enfrentar al coronavirus responsable de tres millones y medio de contagios y casi 250 mil muertes, debe estar accesible para todos. En esa misma tónica se han expresado los presidentes de Rusia, Vladimir Putin y de China, Xi Jinping.
Naciones emergentes o del mentado tercer mundo, como República Dominicana, tendrán que esperar al final para cuando, una vez descubierta la vacuna, comience su distribución, después que las poblaciones del primer mundo sean inoculadas contra la pandemia, y entonces será cuando se hable de una “vacuna para el pueblo”.