La séptima depresión tropical de esta temporada ciclónica, que el miércoles se convirtió en la tormenta Gonzalo, ascendería hoy a la condición de huracán, localizado a unos dos mil kilómetros al este de las islas de Barlovento, pero con dirección probable de cruzar cerca del territorio nacional.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos pronostica que Gonzalo se fortalecería en la medida que se acerque a las Antillas Menores, pero señala que todavía es temprano para determinar si se fortalece aún más o se debilita.
Ese ciclón no representa por el momento peligro para República Dominicana, aunque la trayectoria que se le atribuye apunta a que pasaría cerca del litoral sur, lo que proyecta riesgo de que pueda provocar al menos disturbios atmosféricos.
Con la conversión en huracán de una tormenta tropical que se pasearía por el Caribe, las autoridades deberían iniciar el proceso de alerta preventiva, así como la preparación de todos los protocolos que se aplican ante el posible paso de un ciclón.
Los meteorólogos resaltan que aunque de espectro pequeño, la tormenta Gonzalo se organiza de manera acelerada y aumenta de fuerza y de velocidad de traslación, lo que obliga a todas las instituciones que forman el Comité Operativo de Emergencia (COE) a emitir temprano llamado de prevención.
Miles de familias tienen sus hogares en zonas cercanas a ríos y cañadas o en zonas de montañas, con altísimo riesgo de sufrir inundaciones o deslaves, por lo que se requiere estar atento a la trayectoria de Gonzalo para poder actuar oportunamente para evitar la ocurrencia de alguna calamidad o tragedia.
Sin ánimo de alarmar, lo deseable sería que la Oficina Nacional de Meteorología mantenga vigilancia permanente a los movimientos de la tormenta a los fines de informar a la ciudadanía y a los organismos de socorro sobre eventuales situaciones de peligro.
Los ruegos son para que ese fenómeno meteorológico se desvanezca en la inmensidad del océano sin causar ningún daño en ninguna parte, porque sería muy lastimoso que al coronavirus se agregue otra desgracia causada por el paso de un ciclón.