Tras el reciente caso de violación grupal que conmocionó a la comunidad de Villa González, en Santiago, la psicóloga clínica y terapeuta familiar Itania María ofreció un análisis profundo sobre el perfil psicológico de los agresores y las secuelas que enfrentan las víctimas.
“No podemos hablar de un perfil único, pero la evidencia señala déficits en empatía y deshumanización de la víctima, a quien ven como un objeto sexual o alguien cuya dignidad puede ser ignorada”, explicó la especialista al periódico Hoy.
Psicóloga clínica y terapeuta familiar Itania María
Algunos son individuos inseguros que, al integrarse a una dinámica colectiva, reducen su sentido de responsabilidad y se ven influenciados por el temor al rechazo o la necesidad de validación.
La experta también destacó el papel de las distorsiones cognitivas que justifican la agresión: “Ella lo provocó”, “todas lo hacen” o “no fue tan grave”, son frases comunes entre los agresores, quienes además exhiben actitudes sexistas y una visión de la sexualidad basada en poder y control.
Desde la psicología social, María advierte sobre fenómenos como la difuminación de la responsabilidad, el efecto desinhibidor y el refuerzo mutuo, que explican cómo el grupo genera una atmósfera de descontrol donde lo inaceptable se vuelve permitido o incluso celebrado.
“Generalmente hay un líder que domina al grupo y propone el acto. Esta persona minimiza la violencia con el argumento de que no es tan grave”, señaló.
Secuelas en las víctimas
La violación grupal deja secuelas emocionales severas. María menciona que las víctimas suelen experimentar despersonalización, miedo, vergüenza, culpa y humillación. A largo plazo, pueden desarrollar Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), depresión, disociación y alteraciones en la sexualidad.
“La autoestima queda profundamente dañada. La sensación de no tener valor o dignidad es intensa y persistente”, afirmó.
La recuperación, según la especialista, requiere acompañamiento psicológico y psiquiátrico especializado, además de un entorno familiar y social que ofrezca apoyo genuino. “El entorno puede acelerar la sanación o profundizar el daño”, advirtió.
Llamado a la sociedad
Itania María hizo un llamado urgente a la sociedad dominicana para reflexionar sobre el contexto de violencia generalizada que atraviesa el país.
“La violencia se aprende. También se desaprende. Y es ahí donde el Estado y la sociedad debemos enfocarnos: en ejecutar estrategias que nos lleven a desaprender la violencia”, concluyó.