Asesores de Abinader

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Por José Antonio Aybar

Jamás, en la historia republicana, un presidente dominicano había alcanzado una cifra de “asesores” tan astronómica como la del licenciado Luis Rodolfo Abinader Corona.

Esos “asesores” llegaron de la nada, desde el anunciado triunfo del candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) aquella noche del 5 de julio pasado.

Sin devengar sueldos, de manera honorífica, detrás de un teclado desde sus cómodas “oficinas” en las redes sociales, los autonombrados se permiten “asesorar” al presidente Abinader sobre los más variopintos temas.

“Asesoran” sobre cuál personaje es el más idóneo para llevar a cabo el proyecto de Nación que los técnicos más capacitados trabajaron a petición del primer mandatario.
Rechistan las decisiones del presidente, porque tenían mejores propuestas para resolver los entuertos encontrados en cada institución.

Los más rabiosos instigan a apresurar procesos judiciales para que los corruptos paguen con penas máximas y devuelvan “lo que se robaron”.

Desde sus cuentas, pudorosos y acicalados abogados, proponen leyes que antes rechazaban para no comprometer a sus compañeros de tragos enquistados en el pasado Congreso Nacional.

Las llamadas “bocinas” que se creían bajarían el volumen, aumentan los decibeles con propuestas sobre las hojas de vida de funcionarios que “lo hicieron bien” en el pasado gobierno y serían un activo importante para el nuevo.

A estos se suman “influencers” que no influyen, pero se consideran “la voz del pueblo” al poseer cuentas infladas por la compra indiscriminada de seguidores y con eso basta para “influir” en la solución a los graves problemas que aquejan a la sociedad.

Así las cosas, el presidente Abinader se verá compelido a sentarse en el despacho de la tercera planta del Palacio Nacional a esperar las decisiones de los “asesores” de Instagram, Twitter y Facebook, para ponerlas en práctica.

Y en esa fiesta de consejos y asesorías uno escucha, lee y sonríe, al recordar que de buenos “asesores” está adornado el camino al infierno.

(El autor es periodista y consultor).

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