Inicio Opinión AÑO NUEVO: Llegó el 2025, recibalo lleno de expectativas
El mundo se prepara para despedir un agonizante 2024 y recibir al nuevo año, que se sospecha cargado de más incertidumbre que esperanza, por lo que se requiere de mucho optimismo para afrontar la pesada carga de pesimismo que acarreará el 2025.
Son tantos los pesares heredados del viejo año, que a menos de 48 horas de su partida, aun no se sabe si reír por su despedida o llorar por el que viene, porque la humanidad tendrá que afrontar los mismos dramas como si navegara en círculo, sumida en turbulentas aguas de desengaño y frustración.

La tétrica heredad que recibirá el 2025 incluye la guerra entre Rusia y Ucrania, de Israel contra Gaza, conflicto que se extiende por Oriente Medio; el riesgo de confrontación en la península coreana y Estrecho de Taiwán, las crisis políticas e institucionales en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Haití.
El nuevo año tendrá que despejar el manto de incertidumbre que representa el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, con su advertencia de que declarará guerra comercial contra China, México, Canadá y Unión Europea y de recuperar el control del Canal de Panamá.
Los organismos internacionales reducen o congelan las perspectivas de incremento de la economía global y en particular de América Latina, África y Medio Oriente, lo que se traduce en incremento de los flujos migratorios hacia Europa y Estados Unidos, cuyos gobiernos han adelantado cierre de fronteras y deportaciones masivas.
Una eventual guerra comercial desencadenada por Washington incrementaría los costos de aranceles y transporte marítimo a nivel global, lo que acarrearía también especulación con los precios de materias primas esenciales y productos manufacturados.
República Dominicana figura entre las naciones de América Latina cuyas economías han mantenido un comportamiento resiliente ante las dificultades provenientes del sector externo, pero el escenario de crisis que se vislumbra en el horizonte de 2025, obliga al Gobierno a asumir políticas previsoras.
El gentilicio nacional está compelido a afianzar esperanza de que no se producirán mayores escalamientos en la confrontación bélica, económica y comercial entre grandes economías, para que no resulten afectados indicadores como precios de materias primas, ingresos por turismo, remesas, zonas francas y exportaciones.