Hay efemérides que cada año llegan para unos deleitarse refrescando hazañas dormidas en el cofre de los recuerdos y para otros cerrar los ojos tratando de hundir frustraciones en el saco del olvido.
Tal es el caso de la del 26 de abril del 2005 para los dominicanos Alex Rodríguez y Bartolo Colón, uno victimario y el otro la víctima de una de las masacres más célebres en la historia del béisbol.
Es que fue en esa ocasión en la que Rodríguez disfrutó de una de las más épicas jornadas en la historia de los Yankees de Nueva York durante una victoria 12-4 sobre los Serafines de Anaheim.
A-Rod conectó 3 jonrones y un sencillo con 10 carreras remolcadas –todos los cuadrangulares contra Colón- para devenir en el primer jugador con esa cantidad de vueltas producidas en el Yankee Stadium.
Rodríguez se quedó corto por una de la 11 impulsadas en un juego –record en la Liga Americana- del Yankee Tony Lazzeri el 24 de mayo de 1936 contra los Atléticos en Filadelfia y a un jonrón de los cuatro disparados por Lou Gehrig el 3 de junio de 1932 también en casa de los Atléticos.
Lo de la ofensiva despiadada de Alex contra Bartolo no fue la sorpresa de un día sino, por el contrario, el cumplimiento de un hecho profético, la crónica de una muerte anunciada.
Y es que el nativo de Nueva York de padres dominicanos tuvo en la palma de su mano al de Altamira, Puerto Plata, durante todo el trayecto de sus carreras al batearle de por vida para un promedio de .442 (52-23) con 8 jonrones, 20 impulsadas y un OPS de 1.525.
Rodríguez entró al partido con un promedio de .280 y salió del mismo con .310 después de irse de 5-4.
En el cierre del primero conectó por encima de la barda izquierda con Derek Jeter y HidekiMatsui en las bases, luego en el tercero la sacó por la misma banda con Gary Sheffield a bordo y en el cuarto por el bosque central con los sacos llenos remolcando a Jeter, Bernie Williams y Matsui. En el sexto, frente a Kevin Gregg, Rodríguez ligó sencillo al centro que impulsó a Williams.
Colón, quien ingresó al juego con marca de 3-1 y 2.60, se fue a las duchas con 3.73 tras soportar el castigo de 5 carreras limpias y 10 hits en 3.2 episodios.
A pesar de que en esa fecha los dos dominicanos tomaron destinos diferentes, uno para celebrar y otro para sufrir, ambos se encontraron cuando todo terminó en la campaña 2005 con muchas razones para sonreír. Alex se llevó a casa el segundo de sus tres Premios de Jugador Más Valioso y Colón obtuvo el Premio Cy Young como el mejor lanzador de la Liga Americana.